Esteban Correa, un compositor para el siglo XXI

Noticia publicada originalmente en El Mercurio

A los 36 años , ya posee un lenguaje propio y es uno de los responsables de la sorprendente revitalización musical de La Serena.

De las 40 obras que ha compuesto, 35 han sido estrenadas. Y eso, que constituye un récord en nuestro estrecho medio musical, es aun más encomiable porque el compositor Esteban Correa tiene solo 36 años y vive en La Serena. Allí nació y allí estudió Pedagogía Musical en la Universidad de La Serena (ULS), y allí volvió en 2007, para asumir como académico, después de haberse formado como compositor con Alejandro Guarello en el Instituto de Música UC.

Correa es uno de los actores claves del renacimiento musical de La Serena, ciudad que hoy dispone de una oferta permanente de conciertos, estrenos y experimentación.

«Aquí hay mucha producción de música nueva y de muy distinta índole. Eso se debe a que varios compositores, como Mario Arenas, Gabriel Gálvez, Fernando Guede y Julio Torres, estamos trabajando en La Serena, la permanencia del Festival Musicahora, que ya lleva doce ediciones, y el hecho de que la Orquesta Sinfónica ULS encargue obras a compositores vivos», argumenta Esteban Correa. Él mismo es uno de los actores claves de esta efervescencia, a través de varios colectivos y ensambles que ha cofundado, como el influyente Taller de Lejos.

Eso no le ha impedido explorar otros géneros. El rock, por ejemplo, lo aborda como guitarra y voz del Trío Septiembre, con quienes grabó «La Pacificación de Chile», una de las obras más interesantes de 2014 (Estebancorrea.cl).

Un oficio consolidado

Ampliamente respetado por sus pares por poseer un lenguaje musical propio, es también uno de los favoritos de los instrumentistas nacionales. Prácticamente toda su producción ha sido comisionada por solistas, ensambles y la Sinfónica ULS.

Ahora acaba de lanzar su último disco, «Cantos transversales», donde exhibe su oficio consolidado y revela una sorprendente filiación romántica. Son seis piezas para instrumentos solos: corno, oboe, violín, guitarra, timbales y flauta dulce. Todas fueron comisionadas por intérpretes tan destacados, como el primer oboe de la Sinfónica ULS José Luis Urquieta, el violinista de la Orquesta de Cámara de Chile Isidro Rodríguez y la virtuosa percusionista Simone Caiafa.

«La relación que uno, como compositor, tiene con la música adquiere una intimidad incomparable en el instrumento solo. Y estas seis piezas se hacen eco de eso. El canto es una cuestión bastante fundamental dentro de mi poética, como forma de expresión, y trato de trasladarlo al mundo instrumental», comenta Correa.

«Grabamos todas las obras en un lapso de dos años en el Salón Mecesup de la ULS, principalmente por Raquel Painean. Y le encargué la masterización a José Oplustil, pues es la persona más indicada en Chile para el trabajo», cierra Correa.